- Dolor agudo y crónico.
- Lesiones músculo-esqueléticas (raquialgias, contracturas, tendinitis, fibromialgia, …)
- Lesiones traumáticas (fracturas, luxaciones, esguinces, contusiones …)
- Secuelas de lesiones neurológicas centrales (ictus, parkinson, esclerosis múltiple, …) y periféricas (síndrome del túnel carpiano, neuralgias, hernias de disco …)
- Lesiones articulares (artrosis, rehabilitación posquirúrgica …)
- Edema posquirúrgico (posmastectomía, liposucción …) y de cualquier otra etiología (insuficiencia venosa o linfática, edema mecánico …)
- Patología ortopédica del adulto y de la infancia (escoliosis, cifosis, hiperlordosis, tortícolis congénita, deformidades del pié, de la rodilla …).